miércoles, junio 29, 2011

Nunca me han gustado las amenazas

Mientras empezaba el día leyendo el periódico y tomando una taza de café, tropecé con una noticia bastante hostil. Microsoft recrudece la cacería de los que usan software sin licencia.

Quiero aclarar que considero que la ley es la ley. Y si usted quiere usar un programa con licencia privativa, hágalo; pero pague lo que el fabricante exige, para cumplir con la ley.

Pero hay alternativas. No todas las licencias impiden la libre distribución de software. Existe la licencia GNU, la cual le ofrece las siguientes 4 libertades:
  1. La libertad de ejecutar el programa, para cualquier propósito.
  2. La libertad de estudiar cómo trabaja el programa, y cambiarlo para que haga lo que usted quiera.
  3. La libertad de redistribuir copias para que pueda ayudar al prójimo.
  4. La libertad de distribuir copias de sus versiones modificadas a terceros.
Si usted es una persona que ha tenido que instalar ilegalmente en su casa o empresa alguna versión de Güindous porque no ha podido pagar el costo de las licencias, le tengo una alternativa: Usted puede legal y legítimamente usar un sistema operativo de gran calidad a ningún costo.

Anímese. Pasarse al software libre es más sencillo de lo que cree, y hay toda una comunidad dispuesta a ayudarle en esa transición. Instale y utilice cualquier distribución de GNU/Linux. Podrá hacer lo mismo que antes hacía, y hasta más.

¿Quiere ser esclavo y pagar para seguirlo siendo? ¿O quiere ser libre?

"La libertad de conciencia se entiende hoy día,
no sólo como la libertad de creer lo que uno quiera,
sino también de poder propagar esa creencia."
Jonathan Swift

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